Muchas personas acuden a La Nueva Terapia para saber si es posible tratar a sus mascotas. Nuestra respuesta es…por supuesto que sí. Al igual que las personas, los
animales también poseen un cuerpo energético y esa es la razón por la que las sesiones con ellos son también muy efectivas.
Con la LNT podremos tratar cualquier patología presente en un animal. De hecho, son
muchos los veterinarios que se han formado ya como Terapeutas Capacitados LNT y ya
utilizan esta herramienta en sus clínicas con excelentes resultados.
Diferencias entre animales y humanos
Aunque personas y animales compartimos muchas similitudes a nivel energético, es
importante recordar que existen algunas diferencias que nos van a permitir comprender
cómo podemos trabajar energéticamente con ellos.
Existe una escala, la Escala de Bovis, que permite medir la frecuencia vibratoria de todos los seres vivos. En esa escala el ser humano no es el que más alto vibra. Se sitúa más bien en la media superior. Sin embargo, hay animales cuya frecuencia vibratoria es mayor que la de los humanos, como los caballos o los delfines, y por eso se puede hacer terapia con estos animales. Es muy frecuente, por ejemplo, que se trabaje con ellos en pacientes infantiles con parálisis cerebral, autismo, y trastornos generalizados del desarrollo, porque les aporta grandes beneficios. Otra diferencia es que el ser humano tiene una habilidad que los otros seres vivos no tienen: es capaz de subir o bajar su propia frecuencia energética para sincronizarse con la de los animales, lo que nos permitirá trabajar para conseguir la sanación del animal.
Según la estructura de La Nueva Terapia, los animales tienen un cuerpo físico y un cuerpo energético emocional, pero no tienen cuerpo espiritual. Esto es debido a que su notocorda, línea energética primordial, está en horizontal, y no en vertical, como la de los humanos. Esta diferencia importante, nos permite tratar a varios animales a la vez, incluso rebaños enteros, sin tener feed-back energético. Ya hemos dicho que los animales no tienen cuerpo espiritual, pero sí cuentan con un cuerpo energético. Este cuerpo energético, puede estar lleno de memorias epigenéticas: es un cuerpo energético instintivo, lo que podría explicar por qué los animales saben cómo actuar en cada momento: lo que llamamos el instinto animal.