Pérdida de Salud
Cuando hablamos de “salud”, reconocemos su carácter fundamental en nuestra existencia, permitiéndonos llevar a cabo nuestras actividades diarias, compartir experiencias con los demás y alcanzar un estado de plenitud. Sin embargo, vivir con la ilusión de que este bienestar es perpetuo, sin prestar atención a nuestros hábitos y estilo de vida, lamentablemente nos conduce rápidamente a comprender que no es así. Si no brindamos el cuidado necesario, comienza un proceso de pérdida que no siempre es reversible.
La pérdida de la salud no debe vincularse únicamente con el peso corporal; de hecho, existen diversos indicadores y síntomas que señalan que una persona no disfruta de un buen estado de salud. Descuidar y pasar por alto estos indicadores nos vuelve vulnerables, iniciando un proceso que dificulta mantener un equilibrio y, por ende, deteriora nuestra calidad de vida. Una vida marcada por la constante agitación, la falta de descanso adecuado, el sedentarismo, una alimentación desequilibrada, el tabaquismo, entre otros factores, contribuyen al rápido avance de este proceso.